Aprender a combinar los alimentos, resulta fundamental a la hora de plantear cualquier plan dietético, en general las comidas muy elaboradas y que combinan a la vez muchos alimentos, resultan finalmente en una digestión pesada y la aparición de fermentaciones, gases, cefaleas, malestar general y disminución de la claridad mental.
Para asimilar correctamente los nutrientes, es necesario que las enzimas actúen de forma eficaz sobre los alimentos, ayudando así a liberar los nutrientes (aminoácidos, ácidos grasos y azúcares simples), entonces cuando mezclamos demasiados tipos de alimentos el cuerpo tiene que poner en marcha diferentes sistemas enzimáticos, lo que lleva a una acción menos eficaz de las enzimas implicadas, dando lugar a dificultades en la digestión. Por ejemplo, cuando las proteínas no se han digerido bien enzimáticamente, el resultado es la producción de metabolitos secundarios, producidos por la flora bacteriana, lo mismo ocurre cuando no se ha digerido bien el almidón y éste es fermentado por las bacterias intestinales, se produce dióxido de carbono, ácido acético, alcoholes etc., cuyo exceso no es saludable para el organismo.
Además, hay que tener en cuenta que algunas personas toleran combinaciones de alimentos que otras personas no toleran. Es por ello fundamental observarse a uno mismo, a fin de ir viendo que combinaciones son las que nos proporcionan mejor bienestar digestivo y mayor nivel energético, después de su consumo.
En términos generales, tendremos siempre en cuenta que las comidas sencillas y poco elaboradas, se digieren mejor.
Para aprender las combinaciones ideales, has de conocer como se comportan en tu sistema digestivo, las proteínas, las verduras no amiláceas, las verduras amiláceas, las grasas, las frutas y los alimentos endulzados. Entenderlo te ayudará a equilibrar tus comidas, aprovechar los nutrientes y aligerar tu digestión.