La teoría del Yin y del Yang proviene de los países asiáticos, se trata de una enseñanza de la sabiduría China y es aplicable a todos los fenómenos. El fundamento del yin y del yang nos muestra que todo puede entenderse como pares opuestos (día/noche; blanco/negro; caliente/frío; sol/luna; claro/oscuro; húmedo/seco; duro/blando…) que interactúan entre sí según diferentes principios.
El principio del yin es pasivo y el principio del yang es activo, pero nada es 100% ying ni 100% yang.
Dentro del yin encontramos el yang y dentro del yang encontramos también la naturaleza del yin
Para entender las cosas, siempre tiene que tenerse en cuenta su opuesto o contrario.
En esta enseñanza el yang está asociado con el fuego y el yin con el agua. De acuerdo con las teorías de la física, la mayoría de las sustancias se expanden con el calor y energía y se contraen con el frío. Una vez una sustancia se expande pierde energía y concentración con lo cual se vuelve más yin y de la misma forma el frío contrae, haciendo más pequeño y concentrado, haciéndolo más yang.
Si aplicamos este concepto a los alimentos, cuando las verduras o frutas aumentan de tamaño, su contenido en agua, entonces su sabor es menos intenso y están menos concentradas. Estas verduras yin, pueden ayudar a equilibrar a las personas que se encuentran más yang. De la misma forma las verduras y hortalizas más yang pueden ayudar también a equilibrar a las personas más yin. A través de los métodos de cocción podemos también reducir el yang o el yin de los alimentos, por ejemplo, las semillas de los cereales son muy yang, ya que son pequeñas, densas y concentradas, pero cuando las ponemos a remojo y las cocemos las volvemos más yin.
En la actualidad a través de la agricultura intensiva, se obtienen verduras, hortalizas y frutas con cualidad ying más intensa, ya que este tipo de producción agrícola proporciona vegetales con un mayor contenido en agua y pobreza en otros nutrientes (minerales, oligoelementos y compuestos vitamínicos etc..). Eso hace que intentemos equilibrarnos compensando esta falta de nutrientes y exceso de agua, con alimentos excesivamente yang (carnes, huevos etc..).
Teniendo en cuenta lo expuesto lo importante es aprender a elegir bien los alimentos para equilibrarnos en cualquier momento, considerando los alimentos en su estado natural, integral, sin desnaturalizar ya que cuando predomina uno de los extremos; bien sea yin o yang; tenderemos siempre a consumir el otro extremo.
Un exceso de yin en el organismo, proporcionado por un consumo excesivo de alimentos con elevado contenido en agua y exceso de líquidos, llevará a reducir nuestra energía y calor corporal. El exceso de yang que proporcionan las carnes, los pescados y otros alimentos yang, así como el calor y la sequedad ambiental, llevará a reducir la humedad corporal y de las mucosas, provocando sed, estreñimiento, piel seca, etc.
Cuando el principio se encuentra en su estado de extremo bien sea yin o yang, se transforma en el contrario, esto se conoce como el “principio de los extremos”.
Ejemplo: un frío extremo produce calor y un calor extremo produce frío, como ocurre en caso de una fiebre alta.
El Yin y el Yang están en continua transformación.